El documento recoge las voces y memoria de la experiencia del programa Filosofía para niños. La primera parte titulada Filosofar con los niños en la escuela, presenta la propuesta de Matthew Lipman explicada por el filósofo Diego Antonio Pineda. En ella se destaca el papel de la pregunta y su integración al método socrático (la mayeútica). La propuesta de Lipman enfatiza en el entrenamiento del niño, desde pequeño, en la construcción de criterios en términos de los cuales pueda hacer buenos juicios. Los criterios, según afirma Lipman, son un tipo particular de “buenas razones” y la base esencial de lo que él llama pensamiento crítico, que se caracterizaprecisamente por tres elementos básicos: su capacidad para elaborar y aplicar criterios; su carácter autocorrectivo; y su sensibilidad al contexto.FPN no es, pues, en primer lugar, un método para enseñar filosofía a los niños, pues no es esto lo que fundamentalmente se pretende, sino un programa de educación filosófica que busca crear condiciones para un aprendizaje más significativo, más abierto a las perspectivas de otros, más democrático. El recurso a la filosofía como fundamento último del currículo no obedece, pues, a que ésta sea una disciplina que tenga un poder mágico para cambiar nuestra conciencia, sino al hecho de que una auténtica democracia sólo puede estar fundada en el llamado kantiano a servirnos por nuestra propia cuenta de nuestro propio entendimiento, que se complementa, por parte del célebre filósofo alemán, con una doble exigencia adicional: la de pensar desde la perspectiva de otros y la de pensar siempre de un modo consistente. FPN es, entonces, sobre todo una forma de hacer posible la democracia en la educación, la cual no se garantiza exclusivamente por el hecho de que las personas participen en los mecanismos de gobierno, sino, sobre todo, porque tienen el interés y las condiciones por ejercer un trabajo crítico y creativo al interior de las instituciones sociales a las que se encuentran vinculados como miembros activos.La experiencia partió de la conformación de una comunidad de indagación. Ésta asume el aprendizaje como un proceso social en el cual, a través de la imitación y la interacción con otros se construyen conocimientos, sentimientos y valores. La experiencia también permite el desarrollo de habilidades básicas tales escuchar reflexivamente; hallar, dando razones; leer con sentido y escribir expresando pensamiento. También busca desarrollar habilidades de razonamiento, de indagación, de formación de conceptos, de traducción o interpretación de sentido.La segunda parte titulada la ruta pedagógica, da cuenta de la “metodología” de la propuesta: cómo prepararse; el aprestamiento; las preguntas en el aula y el aula como comunidad de indagación. Se incluyen ejemplos para diferentes rangos de edad. También se dan ejemplos de cuentos para filosofar: La clínica de los muñecos; Elfie; Pío y Mechas; Pixie; Harry; Elisa,... Igualmente se incluyen testimonios de las alumnas participantes en cada uno de los momentos de la ruta pedagógica.La parte 3 recoge no sólo reflexiones de los alumnos sino de pares académicos, padres y otros maestros de la institución.